Hoy me acuerdo de mi abuela a quien yo llamaba con afecto »Mini Adjoba», significando en español »Mama Adjoba». Era una mujer gorda, pequeña de talla, con el pelo blanco y duro. Vivía en la ciudad de Aboisso en Costa de Marfil, un pueblo muy cerca de nuestra capital Abidjan, donde yo residia antes de llegar a España. Cada momento que iba a verla era un placer o más bien una fiesta, porque ella me daba muchos consejos, explicando siempre leyendas e historias de mis antepasados. Con ella aprendí valores humanos como por ejemplo el temor de Dios, el respeto a los hombres, ayudar al prójimo, mantener la sonrisa a pesar de nuestros problemas cuando salimos de nuestra casa. Tambíen la recuerdo como pacificadora, siempre deseando la paz entre sus hijos y sus hermanas.
Le gustaba que durmiese en su habitacíon y no en la de mis primos, y a veces me decía »sube en mi espalda», como si fuera un niño. No tenia mucho dinero, pero siempre deseaba lo mejor para sus muchos nietos. Era analfabeta, cierto, pero nuestra educación la preocupaba. Conocía todos los secretos de la cocina tradicional de nuestra etnia. Nunca se enfadaba con sus nietos. A pesar de la distancia entre España, donde vivo ahora, y Costa de Marfil no hay fronteras que nos separen. A veces es dificil para ella conseguir un movíl, pero por sus nietos es capaz de todo, hasta de soportar las nuevas technologias de la comunicación.
Konan Koffi Eric Innocent