Carr expone que Internet cambia nuestro modo de leer y consecuentemente nuestro pensar.
La facilidad de conseguir información dificulta nuestra capacidad de leer con profundidad y de pensar con intensidad.
Los instrumentos que utilizamos modelan nuestro cerebro y la forma en que concibe el entorno y reflexiona sobre él. Nuestra exploración se hace más superficial conforme aumenta su velocidad.
El autor ve a Google como una compañía que aplica al pensamiento el modelo de eficiencia del trabajo físico expuesto por Taylor. Este modelo nos está reprogramando: convirtiendo el pensar humano en "inteligencia artificial".
Finaliza su artículo planteando la posibilidad de ser estudiados y manipulados por un sistema que no fomenta el pensamiento profundo.
También expone que esta transformación supone la evidencia de perder algo, pero todo cambio anterior (alfabeto, imprenta, etc.) sorprendió a los críticos aportando más riqueza cognitiva de la inicialmente esperada.
En todo caso está claro que Internet nos está cambiando, pero ¿en qué?, aún no lo sabemos.